• Disminuir el consumo ayudaría a mejorar la salud
El trastorno por consumo de alcohol es causa grave para los bebedores, ya que conforme avanza la enfermedad el cuerpo va necesitando mucho más bebida para sentirse borracho, por lo que suspender de manera repentina puede causar síntomas de abstinencia.
Los problemas con el alcohol se pueden deber a una combinación de genes, medio ambiente, baja autoestima, conllevando a terminar como una persona adicta al consumo de estas bebidas embriagantes, dio a conocer Hedilberto Iturralde Aguirre, coordinador auxiliar de gestión médica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Chiapas.
Informó que si se consumen más de 15 tragos a la semana, considerando que el trago se define como una botella de cerveza de 12 onzas, un vaso de vino 5 onzas, una y media en uno de licor, ya son problemas de alcohol.
Entre las pruebas que existen para saber si hay problemas de alcohol se encuentra el conteo sanguíneo completo, pruebas de función hepática, sirve para saber si es necesaria la suspensión del consumo, así como tener una red social fuerte y el apoyo incondicional de la familia para ayudar a que el abandono sea más fácil.
En algunos casos solo basta con reducir la cantidad de bebida para mejorar la salud, ahí radica la importancia de hacer consciencia al saber los daños que causa a otros órganos y lograr la supervivencia con buena calidad.
Recomendó que para lograr un mejor éxito se debe vivir con personas que apoyen sus esfuerzos para evitar el alcohol o ayudarse con medicamentos recetados por el especialista en medicina, esto ayudaría para no volver a recaer, en ocasiones esta enfermedad puede presentarse por ocultar una depresión u otros trastornos del estado de ánimo.
Cuando la persona es alcohólica, se incrementa el riesgo de sangrado en tubo digestivo, daño a las neuronas, trastorno cerebral, cáncer de hígado, colon y otras áreas del organismo, disfunción eréctil, daño cardiaco, desnutrición, en el caso de las mujeres, cambios en el ciclo menstrual e ,incluso, de incurrir en violencia.