En la adolescencia y pubertad, cuando el cuerpo sufre grandes cambios fisiológicos, es común comenzar a notar dificultad para distinguir bien los objetos o a las personas, de lejos o de cerca, confundir letras o números, tener dolor de cabeza, lagrimeo o irritación ocular, por lo que probablemente se padezca un trastorno de agudeza visual, como miopía, hipermetropía o astigmatismo.
La agudeza visual es el grado de detalle con el que el ojo puede distinguir una imagen, señaló Ricardo Rosales Tirado, médico oftalmólogo del Hospital General de Zona (HGZ) No. 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social en Tapachula.
Advirtió que en la adolescencia los trastornos de la vista son problemas frecuentes, por lo que es importante identificar y tratar lo más pronto posible estos trastornos, en particular la miopía, que es cuando la luz que entra al ojo se enfoca de manera incorrecta, haciendo que los objetos distantes aparezcan borrosos.
Por su parte, la hipermetropía es la anomalía del ojo que consiste en la imposibilidad de ver con claridad los objetos próximos y se debe a un defecto de convergencia del cristalino, que hace que los rayos luminosos converjan más allá de la retina. El astigmatismo se refiere al defecto del ojo que provoca que se vean algo deformadas las imágenes y poco claro el contorno de las cosas.
Por lo que urgió a los adolescentes de entre 12 y 15 años a acudir periódicamente a revisión a su Unidad Médica Familiar de Adscripción, para evitar complicaciones que lo lleven a perder la vista en uno o ambos ojos, si no se corrigen estos trastornos.
Finalmente, hizo hincapié a padres y madres de familia, para que pongan extrema atención en sus hijas e hijos, a fin de detectar si padecen de algún defecto visual y acudir a los servicios PrevenIMSS, para que un grupo de especialistas médicos determinen los procedimientos a seguir para resolver sus problemas de salud visual.